INDIA. AQUEL VIAJE MÁGICO.


Hace un año ...... ya un año en el que han pasado tantas cosas y tan desastrosas.

En este momento en el que, por la maldita pandemia, parece que el mundo se derrumba, recordar es vivir.
Tamil Nadu y los fabulosos templos de Madurai, los oasis de Kerala siempre fascinantes, tropicales y fértiles con backwaters minados de cocoteros, especias, té ..... Es no apartar de la retina Puducherry, Tanjore, Tekkady, Periyar, Allepey, Kochi ....

Kerala, campos de té

India demanda la atención de todos los sentidos. 
La música, los olores, sabores, el color ... crean un enternecimiento que te acompañará para siempre.


La gente confiada, tranquila y noble ... despreocupada; forma curiosos grupos.
Mujeres con vistosos saris de colores que se refrescan en las riveras de los ríos, casi siempre sagrados; se acercan a los templos. 
La piel es oscura, bronceada, los ojos negros y profundos, los rasgos finos y el pelo brillante adornado con preciosos engarces de jazmines. Sus gestos suaves y contenidos. Producen sosiego.



Los hombres ( algunos) llevan bigote y dhoti, la falda hecha con una tela de algodón blanca que acortan o alargan con femenino gesto varonil. El pelo muy oscuro, los ojos negros, la dentadura muy blanca y la sonrisa en un rostro relajado, producen .... no lo sé, quizás familiaridad.


Los templos son fantásticos, impresionantes, frescos y atrayentes. En ellos siempre hay mucho ajetreo, mucho ir y venir...


Se busca refugio, se descansa, se deja correr el tiempo. 
Se honra a los dioses.
Es curioso que unas doctrinas basadas en la meditación, la reflexión y la abstracción naciesen donde hay tanto ajetreo de personas durmiendo en la calle, vacas impasibles, perros sin dueño, monos ladrones... y estruendo de bocinas, autobuses sin parada definida, motos que esquivan otras motos...
La gente recita una oración ante las pequeñas imágenes oscuras uncidas con polvos amarillos y collares de flores. 
Ante el Gran Shiva las manos se juntan para rezar, se dan vueltas alrededor del Ashram y con respeto se visita la cueva del santón.
Los hombres con los hombres, las mujeres con las mujeres.
En los alrededores montones de calzados abandonados ( parece) sin orden ni concierto y frescos patios donde se come thali en hojas de bananero.


Las ciudades indus acaban agobiando. Son fiel reflejo del ímpetu bipolar de India, que suele acabar en una fascinante mezcla de ruinas, polvo y orgullo.
La injusticia, el dolor, el fracaso... los presientes, pero nada es vulgar en India. 
La intimidad o la compasión simples absurdos.



Desde el taxi que nos lleva al aeropuerto de Kochi veo amanecer en el tiempo detenido de India y pienso, ya con añoranza, que quizás algún día volveré.

Namaste.

Carmen


Comentarios

  1. Que recuerdos..... Quiero volver a vivirlos!! 😘

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  2. Anónimo16:08

    Carmencita, sé que lo pasasteis muy bien pq despues de un año sigues hablando de ello.
    Volverán los buenos tiempos, seguro .....
    JULIA LADRÓN DE GUEVARA

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